Por Borja Bandrés
Resulta que han pillado al nuevo director técnico de Meta, Andrew Bosworth, diciendo que planea instituir "niveles de seguridad casi de Disney" en la plataforma. Una jugosa y prometedora declaración viniendo de una red social que rinde, desde su creación, un homenaje diario al más excelso puritanismo mojigato.
Esta obra de Glauco Capozzoli, titulada "El Grupo" y perteneciente a nuestra colección fue censurada por Facebook.
Costumbre de hondo calado y profundo arraigo en la Historia, la censura de desnudos en el arte se halla en el ADN de la antes llamada Facebook. Ésta llegó, hace unos años, a tildar de "pornográfica" la publicación de una escultura de treinta mil años de antigüedad, la llamada Venus de Willendorf, y por si esta lapidaria decisión no quedaba lo suficientemente clara, no una, ni dos, ni tres, sino cuatro veces rechazó la plataforma las apelaciones de la usuaria que compartió la fotografía de esta voluptuosa mujer de la edad de piedra. Tuvo que llegar el suceso hasta el director del Museo de Arte de Viena — propietario de la obra — para que Facebook se dignara, en su magnánima generosidad y de forma excepcional, a permitir dicha publicación porque su política de uso “no permite la desnudez, ni siquiera sugerida". Una edificante política que permite a incontables fulanas, gigolós, prostitutas, actrices en películas no aptas para niños, aspirantes a serlo, exhibicionistas y a todos aquellos que buscan la notoriedad inmediata, enseñar cuerpos que dejan poco lugar para la imaginación.
"La niña del napalm" una fotografía histórica, que marcó un antes y después en la guerra de Vietnam.
Otros sonados hitos de la censura de la compañía y de su filial Instagram incluyen la supresión de una publicación de la estatua de Neptuno en la ciudad de Bolonia por considerarla “sexualmente explícita” dado que este dios mostraba “en exceso el cuerpo sin que fuera necesario.” Oprobio para Tommaso Laureti, el escultor que hace quinientos años decidió esculpirle unas partes íntimas a Neptuno en vez de ponerle taparrabos. No olvidemos tampoco que Facebook tildó de “obscena” la icónica fotografía de la niña vietnamita huyendo desnuda y despavorida de un ataque de napalm. Un producto, por cierto, llamado Agente Naranja y creado por Monsanto, empresa absorbida por una conocida farmacéutica que se distinguió en los campos de exterminio nazis y que comparte accionistas con Meta. Aunque la lista de hitos es interminable le pondremos coto con la advertencia que recibió una diputada danesa indicándole que su publicación de la escultura de la Sirenita en Copenhague estaba "demasiado desnuda”, porque, ojo al dato, “la red debe ser un lugar virtual seguro para los visitantes, incluidos los numerosos niños que lo utilizan”.
El fotógrafo Spencer Tunick escenifica una de sus sesiones de desnudos grupales a gran escala en Nueva York, 2019.
Toda esta retahíla de declaraciones y de decisiones ex cátedra no cayó, sin embargo, en saco roto y empezó a acumular un cuantioso número de quejas, protestas y peticiones que se hicieron ligeramente molestas para la compañía. Por ello, en dos mil diecinueve Facebook invitó en su sede de Nueva York a veinte artistas y comisarios muy esperanzados para reconsiderar las políticas artísticas de la red social. Los resultados no fueron tan halagüeños a la vista de cómo incontables publicaciones, anuncios y cuentas siguen hoy siendo censuradas, borradas, penalizadas o invisibilizadas de un plumazo. Tanto es así que ya existen páginas web que recopilan las obras eliminadas de Meta. Más aún, varias galerías, artistas y museos, incluyendo el ya citado Museo de Arte de Viena, no han encontrado mejor idea que migrar hacia plataformas como Only Fans donde a uno le pagan por mostrar el pirindolo y otras partes poco nobles de la anatomía.
Esta obra de Egon Schiele, junto a las de otros artistas de museos de Viena, ha sido publicada en Only Fans debido a la censura de Meta.
Es indiscutible que Meta, pero también Linkedin, Twitter y las demás grandes redes sociales han cambiado las reglas del juego posibilitando, como nunca antes, conectar, dar visibilidad mundial e instantánea, acceder a oportunidades y saltarse la tradicional jerarquía. Por ejemplo entre galería y artistas, cuando antes las primeras asumían un importante riesgo económico y de imagen dando a conocer a creadores talentosos y, a menudo, noveles. Y lo han hecho imponiendo sus propias normas que nosotros hemos acatado u simplemente obviado, priorizando nuestro afán y vanidad por ser vistos y obtener resultados que hasta hace apenas dos décadas hubiesen necesitado años de trabajo, cuando no se hubiesen antojado imposibles. Actuando así hemos pasado voluntariamente por alto que la razón de ser de estas empresas no es ofrecer sustancia, transparencia ni rigor, sino zambullirnos en un flujo interminable de contenidos donde cualquiera puede publicar prácticamente cualquier cosa en cualquier momento. Y ni coger un lápiz no le convierte a uno en dibujante, ni hacer una exhibición tirando arena por la calle para reflejar un gran problema existencial en un artista, como comentamos en el artículo, artistas, genios e incompetentes.
Al fin y al cabo el problema no es la censura de históricas obra de arte, ni siquiera de bellas y recientes creaciones, sino las decenas de millones de estupideces publicadas cada segundo. Las redes sociales no son más un espejo de la sociedad cuyo reflejo valida, en la mayoría de casos, aquello que afirmó el humorista franco-belga Raymond Devos: “no tengo nada que decir, pero quiero que se sepa”.
2 comentarios
Para gustos, colores…a mi me parecen maravillosas las fotografías de Tunik. Especialmente las instalaciones de Melbourne o en las playas de Australia. No veo nada feo ni vulgar, el cuerpo humano es bello!
Por otra parte no creo que tenga mucho sentido censurar el contenido en las redes sociales dado que tan solo saliendo en la calle uno se topa constantemente con anuncios bastante más vulgares que el culo de Neptuno
El puritanismo de Facebook es el reflejo de lo que ha sido durante mucho tiempo la mentalidad de la sociedad norteamericana.
Muchos y desconocidos artistas en la Edad Media construyeron maravillosas iglesias y capillas romanicas que poblaron en sus exteriores de esculturas “pornograficas” muy bellas. Obedecieron el mensaje de la Iglesia Catolica: “Creced y Multiplicados”, es decir “Tened más hijos para que la Iglesia tenga más fieles”
El Renacimiento italiano descubrió las esculturas griegas y romanas. Jovenes artistas, entraron como pudieron en muchos monumentos abandonados desde la caída del Imperio romano,como la Villa de Nerón, por ejemplo, en Roma. Y allí descubrieron un arte desconocido, de gran belleza en pintura, escultura y mosaícos y se inspiraron y crearon un Arte Nuevo con muchos desnudos hermosisimos.
El final del siglo XIX vió instalarse el puritanismo en Europa bajo la influencia de la Reina Victoria quién, al quedarse viuda muy joven, impusó un estilo de vida muy ascetico en su pais que tuvó influencia en Europa en general. Excepto en París.
El fotografo Spencer Tunik quiere denunciar el puritanismo pero no sabe crear Belleza.
Sus sesiones de desnudos integrales sólo reflejar fealdad y vulgaridad. Son desnudos tristes, afeados.
!Asi no se combate el Puritanismo! ¡Tiene que haber sensibilidad, poesía y un halo especial!